El asfalto es una sustancia natural que empezó a usarse como material de construcción en la antigua Mesopotamia. Sabemos, gracias a libros como el Antiguo Testamento, que sus propiedades impermeabilizantes ayudaban a calafatear los barcos. En la actualidad casi todo el que utilizamos es artificial.
El asfalto – conocido también como bitumen – es un producto derivado del petróleo el cual es extraído de la destilación de petróleo crudo en las refinerías (plataforma industrial destinada a la refinación y extracción del petróleo). El producto que se usa para la pavimentación pertenece al asfalto destilado y se adquiere de los hidrocarburos que permanecen posterior al refinamiento del petróleo procesado para producir gasolina y otros derivados.
Como el asfalto es un material muy impermeable, adherente y cohesivo, capaz de resistir altos esfuerzos instantáneos y fluir la acción de cargas permanentes, presenta las propiedades ideales para la construcción de pavimentos.